¿En qué circunstancias puede ser útil la estimulación bilateral del cerebro?
Si te identificas con alguna de estas situaciones, la estimulación bilateral es para ti
En el artículo anterior, os conté cómo funciona la técnica de estimulación bilateral de los dos hemisferios del cerebro. Profundizamos en cuál es la naturaleza de cada uno de los hemisferios cerebrales, en la forma en la que interaccionan entre ellos y en qué pasa cuando no están en situación de equilibrio. Después de leer este artículo sois muchos los que habéis contactado conmigo preguntándome si esta técnica podría ayudaros a gestionar alguna situación en concreto que os impide avanzar, os tiene atados a un miedo irracional o, simplemente, os impide caminar hacia vuestros objetivos y metas.
Por este motivo, he decidido compartir con vosotros algunos casos de personas que confiaron en mí y gracias a la estimulación bilateral de los dos hemisferios del cerebro consiguieron superar obstáculos y acercarse a sus metas. Te invito a leer las historias de estas ocho personas y, si alguna de ellas te remueve o vibras con ella, escríbeme.
“De mayor seré bombero” y era incapaz de conseguirlo
Jordi lo tuvo claro desde pequeño, cuando le preguntaban qué quería ser de mayor siempre respondía que quería ser bombero. Todo aquello que hacía era con el propósito de acercarse a cumplir su sueño. La hora de la verdad llegó cuando comenzó a prepararse las oposiciones. Estaba a un último paso de conseguir el sueño de su vida, pero algo no funcionaba.
Cuando se preparaba las pruebas físicas para superar las oposiciones y salía a correr, a los 30 segundos de estar corriendo su cuerpo se bloqueaba. Se detenía y era incapaz de continuar. Si no podía correr y no preparaba sus pruebas físicas, adiós oposiciones.
Jordi llegó a mi despacho muy angustiado, no entendía qué le pasaba, por qué era incapaz de correr. Decidí probar con técnicas de PNL pero no era suficiente. En su caso la estimulación bilateral fue vital para desbloquear esta respuesta automática de su cuerpo que lo dejaba garratibado y sin poder moverse cuando salía a correr.
Al día siguiente de aplicar esta técnica, Jordi pudo correr sin problemas y lo mejor de todo, podía entrenarse de manera óptima para conseguir su sueño.
“Es ver una araña y me entra un miedo irracional, algo exagerado”
Clara tenía un miedo irracional a las arañas. Era algo que no podía explicar porque jamás había vivido una situación desagradable con ellas que pudiese haber desencadenado y justificado esta fobia. Esto le provocaba unas reacciones exageradas cuando veía una araña y decidió ponerle remedio.
Normalmente, las fobias las trato con PNL pero con Clara no lo conseguía y decidí aplicarle la estimulación bilateral. Con solo dos sesiones conseguimos que su respuesta ante las arañas dejase de ser intensa y abrumadora para convertirse en una respuesta neutral. Gracias a la técnica conseguimos que Clara pudiera gestionar su reacción desmesurada ante las arañas.
“Era tener a la jefa delante y ser incapaz de expresarme, me bloqueaba”
Jaume llevaba un tiempo incómodo en el trabajo. Él era plenamente consciente de que tenía grandes dificultades para poner límites en el entorno laboral, sobre todo con su jefa. Tenía la sensación de que era el “mindundi” de la empresa y que no se valoraba su trabajo. Cada vez que intentaba expresar lo que necesitaba o defender su espacio, sentía una enorme presión interna que le impedía hacerlo de forma clara y asertiva.
Cada día estaba más desanimado y se sentía menos capaz. Llegó a mi despacho y me explicó cuál era su situación. Con la estimulación bilateral conseguimos trabajar la liberación de esta tensión emocional que sentía en el entorno laboral y pudo poner límites de forma natural, sin miedo a las consecuencias que ello podría desencadenar. Incluso fue capaz de reivindicar su trabajo delante de su jefa. Su relación con su trabajo cambió y eso repercutió de manera positiva en el resto de ámbitos de su vida.
“No me da ningún motivo para estar celosa, pero no puedo evitarlo”
Eva y Mateo eran pareja desde hacía mucho tiempo. Ella vivía la relación con angustia y celos sin saber muy bien por qué, ya que Mateo no le daba ni un motivo para tener esa desconfianza y pasarlo mal. Eva intentó en más de una ocasión gestionar la situación por su cuenta. Vivir en esta alerta constante les desgastaba y por más que intentaba racionalizarlo no podía.
Vino a al despacho y me explicó su situación. Decidí apostar por la estimulación bilateral del cerebro para desbloquear este patrón emocional que ella tenía y que le obligaba a reaccionar de esta forma involuntariamente. En pocas sesiones Eva notó una enorme mejora y en poco tiempo pudo vivir su relación con Mateo de forma tranquila, segura y sin sentir aquella tensión interna constante.
“Desde que me pidió el divorcio, tengo una presión enorme en el pecho y soy incapaz de hablar con ella”
Miguel y Ana llevaban una mala racha. Después de varios años de relación, las discusiones entre ambos se volvieron muy recurrentes y en una de estas discusiones acaloradas Ana le pidió el divorcio. Después de esto Miguel comenzó a sentir una presión enorme en el pecho, todo le sobrepasaba y era incapaz de gestionar emocionalmente esta situación.
Al principio pensó que era muy reciente la petición de divorcio por parte de Ana y que a medida que fueran pasando los días iría recuperando la serenidad y sería capaz de hablar tranquilamente con ella. Los días pasaban y él seguía sintiendo esa presión en el pecho y era imposible hablar con Ana de forma calmada y serena.
Vino al despacho desesperado y decidí aplicarle la técnica de la estimulación bilateral del cerebro. En tan sólo una sesión, Miguel notó un alivio inmediato. Consiguió regular su respuesta emocional y fue capaz de hablar con Ana desde la serenidad y de manera clara.
“Cada día me despertaba a las 4 de la madrugada aunque ya no tenía que preparar las oposiciones”
David estuvo mucho tiempo despertándose a las 4 de la madrugada para poder preparar sus oposiciones para fiscal. Necesitaba poder aprovechar al máximo las horas de estudio para lograr su objetivo. Una vez superadas las oposiciones, felizmente anuló la alarma de su teléfono de las 4 de la madrugada, pero él seguía despertándose a esa hora. Al principio pensaba que tenía que esperar algunos días a que esto se le pasara.
No fue así, los días pasaban y él seguía despertándose y activándose a las 4. Su cerebro se activaba y era imposible volver a dormir y descansar. Cuando llegó a la sesión y me explicó lo que le pasaba lo tuve clarísimo: la estimulación bilateral cerebral podía ayudarle. Con tan solo una sesión, aunque se despertó a las 4, pudo volver a dormir enseguida sin esfuerzo. A partir de ese momento, su patrón de sueño volvió a regularizarse y dejó de despertarse a las cuatro de la madrugada.
“No me gusta tener que salir del aula llorando, pero es que no puedo hacer otra cosa”
María es profesora de instituto. Adora su trabajo, es de aquellas profesoras vocacionales. Quizás por eso, está trabajando en un instituto de máxima complejidad, todo un reto para cualquier docente. A pesar de que le encantaba su trabajo, últimamente no lo pasaba bien dando clases. Los alumnos la desafiaban, se reían de ella y reaccionaban mal a sus advertencias. Esta situación le generaba mucha ansiedad e impotencia. No entendía porque era incapaz de gestionar la situación después de muchos años ejerciendo. Cuando estas situaciones en el aula acabaron desembocando en María saliendo de clase llorando por ser incapaz de controlar a los alumnos, ella se dió cuenta de que necesitaba ayuda.
Sin ninguna duda decidí apostar por la estimulación bilateral para conseguir regular su respuesta emocional y así modificar su forma de percibir y enfrentar estas situaciones. Después de la segunda sesión, María empezó a notarse más segura y se vio con fuerzas para gestionar mejor la dinámica dentro del aula sin que le afectara a nivel emocional. Gracias a esta técnica fue capaz de reconducir la situación y seguir disfrutando de su trabajo.
Todas estas historias son ejemplos reales vistos en el despacho, pero los nombres son ficticios. Para mí es esencial preservar la intimidad de todas y cada una de las personas que confían en mí. Por este motivo, ninguno de los nombres se corresponde con la realidad de la persona que vivió esa historia.